Es la segunda receta de rosquillas que pongo en el blog y aunque el resultado de la rosquilla es muy parecido, esta es la receta que mi tía ha hecho siempre.
Los ingredientes de esta receta son los mismos que la que hacia mi abuela materna y el resto de vecinas del pueblo, pero el resultado no era el mismo. Las cantidades variaban un poco; puede ser que unas lleven más harina que otras, o que los huevos sean más grandes, no lo sé, pero el resultado final es el que importa y estas son más esponjosas, y a mí, particularmente me gustan más.
Las de la abuela quedaban más duras desde el principio y como se hacían muchas para que no faltara algo dulce en la despensa, aun se ponían más duras, y todo el mundo terminaba por comerlas remojadas en la leche para ablandarlas.
Conozco a más de una persona que añora y echa en falta aquella textura en las rosquillas caseras, pero creo, que esto tiene que ver más con la añoranza de los tiempos pasados que con las rosquillas en sí.
En la elaboración de estas rosquillas hay un ingrediente que para mi gusto y el de mi familia es indispensable; es el anís, fuerte o seco, si no llevan no nos gustan tanto, aunque en esta bendita casa no se hace ascos a ningún postre o pasta dulce.
INGREDIENTES:
- 4 Huevos grandes
- Azúcar, 2 vasos (tamaño, vaso de vino)
- Aceite de oliva V.E 1 vaso
- Anís seco 1 vaso y medio
- 800 gr. de harina
- (500 gr. de harina de fuerza y 300 gr. de harina de todo uso)
- 2 sobres de levadura Royal
- La piel seca de una naranja
- 1 litro de Aceite de semillas sin sabor para freír
- Azúcar para envolver las rosquillas
ELABORACIÓN:
- En primer lugar calentar el aceite de oliva en un cacito y añadir la piel de la naranja, dejar infusionar para que coja el aroma a naranja, dejar enfriar.
- En un bol batir los huevos con el azúcar, yo lo hago con la batidora, para que se mezcle más rápido y se deshaga bien el azúcar, debe montar un poquito pero sin llegar a dejarlos como para bizcocho.
- Seguimos, añadiendo el aceite, repito que se añade cuando está frio y sin la piel de naranja. Añadir el anís seco y agregar la harina junto con la levadura.
- Al principio mezclar 500gr. de harina con la levadura, después tenemos que añadir el resto de harina poco a poco y observar cuanta harina admite la masa.
- La masa tiene que quedar tierna, un poquito pegajosa si las queremos esponjosas, pero hay que tener en cuenta la clase de harina que se está utilizando, porque unas marcas absorben o admiten la humedad o el líquido de manera diferente a otras. Yo la que uso siempre es la de Harimsa y siempre necesito 800 gr. aunque en esta ocasión la he mezclado con una harina normal de Mercadona.
- Dejar reposar la masa unas horas, la amase a las 8,30 h, tape el bol con plástico de cocina, las deje reposar y seguí con el proceso a las 12 h.
- Para trabajar la masa, si se pega, poner en vuestras manos un poquito de aceite, pensar que si se añade harina pueden quedar algo más duras, yo no lo necesite, las trabaje muy bien, sin tener que añadir aceite o harina.
- Para freírlas, utilizo aceite de girasol, es más ligero y no aporta más sabor. Poner al fuego un cazo hondo, mejor que una sartén, para voltear bien la rosquilla y que no toque fondo, de esa manera evitaremos que se queme.
- Formar bolas, el tamaño a vuestro gusto, yo empiezo formando unas 12 y cuando el aceite está caliente empiezo a hacer los agujeros.
- Las añado al aceite caliente de dos en dos, cuando las pones en el aceite siempre caen hacia abajo, pero suben rápidamente, yo les doy vuelta enseguida, lo hago continuamente, para que se frían de igual manera por todos los lados, no cogen un color excesivo y por dentro quedan perfectas
- Si cuando empecéis a hacerlas por algún motivo tuvierais que dejar la mitad de la masa sin freír, no tengáis ningún miedo, no le pasara nada aunque dejéis la masa en la nevera hasta la noche o el día siguiente. Siempre que lo dejéis bien tapado para que la masa no se seque
Como me gustan las rosquillas. Es de los dulces que me recuerdan la infancia porque es de las pocas cosas que hacia mi madre y le salian de miedo de ricas. Tienen una pinta sensacional en ese plato
ResponderEliminarBesos
A mí también me traen muy buenos recuerdos, las hacían mi madre y mí abuela. En casa son de los dulces que no pueden faltar, para mí son un vicio, y se hacen enseguida.
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