Un buen guiso de pescado para estos días fríos, no viene nada mal, es sencillo, sano cien por cien y cada vez me veo más enganchada a los platos de pescado.
El bacalao es un pescado que no contiene muchas calorías y sin embargo es de los más ricos en proteínas.
La grasa que acumula en el hígado y vísceras es rica, muy rica, en vitamina A y en ácidos grasos Omega 3, responsables de mantener nuestra salud cardiovascular en buenas condiciones, además nos ayuda a prevenir ciertos tipos de cáncer.
Esta muy rico el paté de hígado de bacalao, es exquisito, pero recuerdo que de pequeños nos daban unas cucharadas de aceite de bacalao, para darnos energía que daban ganas de echar a correr cuando veías a tu madre con el frasco y la cuchara en ristre, era horrible tragar aquello.
Por lo tanto es bueno comer más bacalao, sobre todo ahora que ya llega la época del Skrei, el mejor bacalao del año, el pata negra de los bacalaos.
Es un bacalao de invierno de excepcional calidad. El bacalao noruego se diferencia de otros por ser más largo y un poco más delgado, que el bacalao islandés, y tiene la carne más firme, delicada ,tierna y unas cualidades organolépticas que lo hacen único.
Se crían en el mar de Barents en aguas muy frías, que les permite crecer muy despacio, pero en los meses de Febrero y Marzo, migran a las islas Lofoten al norte de Noruega, para desovar, ya que en esa zona las corrientes cálidas favorecen el desove. Es entonces, cuando los pescadores noruegos salen a la pesca de tan exquisito manjar.
La manera aconsejada por los expertos para degustarlo es cocido simplemente acompañado de sus huevas y patatas, regado con un buen aceite de oliva virgen extra.
Todos los grandes cocineros y restaurantes lo tienen en sus cartas en esta época.
INGREDIENTES:
- Medio bacalao fresco en rodajas grandes
- 6 dientes de ajo sin el germen
- ½ cebolla grande
- 1 pimiento verde
- 1 vaso de vino blanco del Somontano de Huesca
- ¾ de litro de caldo de pescado ( si no teneis, utilizar agua con pastilla de caldo de concentrado de pescado)
- 1 manojito de perejil
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal, pimienta
- Harina para envolver el pescado, mas una cucharada para la salsa
- Salpimentar el pescado, enharinar y freir en aceite de oliva virgen extra.
- A fuego medio, despacio para que no se arrebate y coja un color excesivo, debe quedar jugoso.
- Cuando tengáis en la sartén las últimas rodajas, añadir los dientes de ajo.
- Los dientes de ajo han de cocerse y ablandarse en el aceite, no freírse, cuando estén hechos retirarlos al mortero.
- Reservar el pescado frito en una fuente.
- Pelar las patatas y chascarlas, cortar arrancando el bocado, de esta manera al cocinarse la patata espesara el caldo.
- Cortar la cebolla y el `pimiento en brunoise, freir en el aceite del pescado, cuando este pochada la verdura, añadir una cucharada de harina, remover y mezclar bien, añadir el vaso de vino y dejar evaporar el alcohol, retirar del fuego.
- Volcar el contenido de la sartén en una sopera ancha o cazuela de barro y añadir el caldo que tendremos caliente.
- Majar en el mortero os ajos confitados con un poco de perejil y desleírlos con un poco de caldo, añadir a la cazuela.
- Añadir las patatas, la sal y la pimienta, dejar cocer las patatas solas unos 25 minutos
- Pasados los 25 minutos, añadir el pescado, dejar cocer otros 10 minutos más y añadir el perejil cortado menudito por encima, remover la cazuela para repartirlo bien y tapar mientras ponemos la mesa y listo para comer.
Espero que os guste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario